Pese a que algunos economistas se inclinan por invertir el dinero en acciones y otros negocios, las ventajas de adquirir una casa o apartamento son evidentes.
Para nuestros abuelos y padres, de quienes siempre guardamos gratos recuerdos por sus consejos y sabias palabras, la disyuntiva entre comprar o arrendar vivienda –básicamente– no existía.
En su entender, la idea de tomar un inmueble en alquiler jamás fue una opción, pues por su educación y convencimiento, la adquisición de una vivienda propia significa no solo el aumento de sus patrimonios sino, por encima de todo, la seguridad de contar con un techo fijo, lo que además representa la estabilidad de sus familias.
No obstante, con los años aparecieron en la escena algunos empresarios y economistas que consideraban que un “hombre de negocios” no invertía en casas o apartamentos, porque argumentan que el dinero se debe mover para buscar rentabilidades permanentes.
En esa línea, Eduardo Loaiza Posada, gerente de la Cámara Colombiana de Constructores (Camacol) Antioquia, asegura que, tras hacer un ejercicio comparativo de estas dos alternativas, definitivamente las ventajas de comprar son mucho más relevantes.
¿Por qué decidirse por la compra? Según el directivo, en el arriendo todo lo pagado se pierde, mientras que en la adquisición todo se convierte en abonos para amortizar la deuda y al final todo eso va a ser del propietario (es una inversión); así mismo, en el arriendo no hay subsidios ni beneficios tributarios.
“En el arriendo lo que tiene la persona es una deuda, mientras que en la compra lo que adquiere es un activo; al arrendar no se pueden apalancar otras inversiones, lo que sí permiten el comprar y el crédito hipotecario, aparte de que con la renta no hay nada que se valorice con el tiempo, como sí ocurre con los inmuebles propios. Igualmente, en una propiedad alquilada pueden sacar a los inquilinos en cualquier momento; la renovación de los contratos es anual e implican aumento de costos, en tanto que en el caso de un crédito la cuota puede ser fija en pesos de principio a fin”, explica Loaiza.
Alrededor de esta discusión también se dice que, al adquirir una vivienda, debido a que esta generalmente se paga con un préstamo a 15 o 20 años, por la financiación y los intereses se termina pagando mucho más del valor pactado en un comienzo, lo cual es verdad, pero para el gerente de Camacol Antioquia la principal diferencia frente a una decisión de arriendo es que al final la casa o el apartamento va a ser de las personas.
A su vez, Mario Andrés Ramírez, presidente de Fedelonjas, manifiesta que la finca raíz ha demostrado ser la inversión más estable tanto en el mediano como en el largo plazo, pues no solo se trata de la posibilidad de recibir renta (a cambio de pagarla), sino de la valorización que ofrece un inmueble en el transcurso del tiempo.
“El alquiler es más una decisión de corto plazo y una opción para quien aún no cuenta con el ingreso para adquirir una vivienda de la calidad y la ubicación que requiere el grupo familiar. Pero en cuanto los ingresos y los ahorros cumplen la meta, las familias toman la decisión de invertir para usar ese monto del arriendo en pagar su propia vivienda y convertirse en propietarios”, comenta Ramírez.
Beneficios al comprar
Los interesados en comprar una vivienda nueva en el país tienen la posibilidad de acceder a tres clases de subsidios para ayudar a cubrir una parte del valor del inmueble: están los que ofrece el Gobierno Nacional, a través del programa ‘Mi Casa Ya’; los que ofrecen las cajas de compensación familiar a sus afiliados y los de las entidades territoriales, departamentos y municipios, en algunos casos pueden concurrir algunos de estos para un beneficiario.
De acuerdo con Eduardo Loaiza, a esos beneficios se les agrega la amplia oferta disponible que hay en el mercado (para diversos presupuestos, plazos y facilidades para pagar la cuota inicial, sin costo de financiación del pago de la cuota inicial durante el tiempo que trascurre entre la promesa de compraventa y la entrega del inmueble), se pueden escoger las reformas y los acabados que quieran los clientes. En algunos municipios se dan incentivos de carácter de impuesto predial y para algunos tipos de vivienda tasas especiales en renta y registro, entre otros.
“Aparte de los beneficios individuales y familiares, la compra de una vivienda ayuda a la sociedad y la economía del país, puesto que esto aporta al crecimiento del PIB nacional, y con el impuesto predial se generan recursos para los municipios. También se contribuye a la generación de empleo, el mejoramiento del espacio público, nuevas vías, equipamientos y zonas verdes, ya que parte del costo de los proyectos es pagar obligaciones urbanísticas e impuesto de construcción, para la transformación del territorio”, precisa el ejecutivo.
Al respecto, el presidente de Fedelonjas considera que la vivienda es el principal patrimonio de las familias, porque no solo les da un techo para tener una calidad de vida, sino que también les ofrece un capital que poco a poco va creciendo en la medida en que se valoriza.
“Al terminar de pagar el crédito hipotecario, la capacidad de pago del hogar se libera, mientras que al pagar arriendo permanentemente se requiere una parte de los ingresos para cubrir el costo del alquiler”, puntualiza Mario Andrés Ramírez.
Ideal para los extranjeros
Con respecto a por qué los ciudadanos extranjeros deberían contemplar la idea de comprar en Colombia, Loaiza asegura que a ellos los precios de la vivienda en el país les parece muy económico y, además, les resulta muy beneficioso por la conversión del cambio de euros o dólares a pesos.
En ese sentido, el gerente de Camacol Antioquia señala que el precio de una vivienda básica en los Estados Unidos está por el orden de US$349.000 (más de $1.000 millones) y cuotas iniciales cercanas a los US$85.000. Una cifra que en Colombia permitiría la compra de contado y poder escoger el inmueble.
Finalmente, para el directivo, Medellín, el Oriente antioqueño y el Valle de Aburrá representa un mercado muy atractivo al ser una región apetecida y con vivienda de clase media; es industrial y empresarial, y que cada vez más genera empleo y atrae inversiones, nómadas digitales y negocios para el asentamiento de compañías nacionales y extranjeras.
“Esta es una ciudad-región modelo en el mundo, es innovadora, es una tierra de eventos, ferias y convenciones, y que demanda muchos inmuebles para alojar a los visitantes. Tenemos un mercado creciente y con un acumulado de déficit de vivienda que no se alcanza a atender con las nuevas edificaciones que se construyen. Y con la creación de nuevos hogares se asegura tener un producto que garantiza el mercado futuro de compradores”, puntualiza Eduardo Loaiza Posada.
*Contenido en colaboración con Camacol.